sábado, 15 de junio de 2013

A MI PADRE

POR: Hugo Almanza Durand

"Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años"  Mark Twain

EL PADRE

POR: PACO STANLEY
Con mucho respeto y cariño a todos los padres
FELIZ DIA

"Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre"   Enrique Jardiel Poncela

"Mi padre era poco amigo de explicaciones. Pienso que tal vez prefería enfrentarme al paisaje, a los hombres, a las cosas que pueden ayudar a entender la vida, para que poco a poco yo sacara mis propias conclusiones. Tenía, sí, el buen tacto de no ofrecerme espectáculos vulgares. Muchas veces, con una mirada o una palabra, me ordenaba alejarme de gentes que él no consideraba oportunas o dignas para mis ojos"   Atahualpa Yupanqui

sábado, 8 de junio de 2013

URGENTE


REFLEXIONES DE LA VIDA
"Lo urgente generalmente atenta contra lo necesario"
Enviar frase
Mao Tse-Tung

CONSEJOS DE UN PADRE A SU HIJ@


Carta a mi hij@
POR Enrique Rambal

WILLIAM SHAKESPEARE


LO QUE DECIA WILLIAM SHAKESPEARE

Yo  siempre  me  siento feliz, sabes  por qué?
Porqué  no  espero  nada  de  nadie;
Esperar  siempre duele;
La  vida  es  corta;
Por  eso  ama  la  vida;
Se  feliz  y siempre  sonríe;   
Solo vive para ti y recuerda:
Antes de hablar, escucha;
Antes de escribir, piensa;
Antes de herir, siente;
Antes de odiar, ama;
Antes de rendirte, intenta;
Antes de morir, vive!!!

¡SONRIE Y SE FELIZ!
“Para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con las de los demás.”   Séneca

“No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.”   Epicteto


“Sólo por hoy seré feliz, en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también.”   Juan XXIII

LA VIDA

¿VALE LA PENA VIVIR LA VIDA?

Muchas veces hemos sentido que la vida no vale la pena vivirla. En un caso extremo, escuché en la radio a una mujer que decía: “No quiero tener hijos, porque solo se viene a este mundo a sufrir. Y quiero ahorrarles ese sufrimiento”.
Pero… ¿Realmente la vida es así? ¿O nosotros la hacemos así?
Lo que realmente te hace sufrir, no es la vida en sí… son tus expectativas respecto a cómo debería ser el mundo o cómo debería actuar tal persona.
Por ejemplo, cuando te enojas con tu pareja porque no llegó a tiempo o no te expresa su amor como a ti te gustaría que lo hiciera.
Entonces, lo que te daña no es tu pareja… son tus pensamientos y emociones con respecto a cómo debería actuar tu pareja, de acuerdo a la etiqueta del hombre o mujer perfecto que tienes.
Si sufres porque la vida es cruel… es porque tienes un concepto equivocado de lo que realmente es. Crees que en la vida todo debería ser felicidad.
Imagínate que piensas que un bosque debe ser con puras rosas, ríos limpios, venados corriendo, un sol reluciente y una suave lluvia.
Pero cuando vas a uno ¡Oh sorpresa! También hay insectos, serpientes… y la lluvia ¡es un diluvio!
Imagínate sufriendo porque lo encontraste así y diciéndote “No vale la pena estar en un bosque, es horrible: serpientes, bichos ¡qué horror!” ¿No tiene sentido verdad?
En el fondo sabes que así es un bosque. No como tú pensabas que era. Lo que puedes hacer, es estar alerta contra las serpientes. También, cubrirte para que la lluvia no te moje.
Y disfrutar las rosas que veas y los venados.
Simplemente aceptas la naturaleza como es y no te lamentas. Te adaptas a ella.
En la vida, es igual. Cuando la vemos como un paquete completo, en el que hay amor, muerte, instantes imborrables y fracasos dolorosos, la aceptas como es.
A partir de esa aceptación, puedes adaptarte a ella. Pregúntate que capacidad dormida en ti, necesita salir a flote cuando te enfrentes a un nuevo desafío.
Por ejemplo, yo de niño no sabía bailar salsa. La necesidad de gustarle a las niñas me hizo aprender ¡Ahora he llegado hasta dar clases de baile!
Me daba miedo hablar en público. Era muy tímido. La necesidad y las circunstancias me obligaron ha hablar en público ¡Ahora soy conferencista! Imagínate cuantas capacidades dormidas en mí, se han despertado por la necesidad.
Siempre pregúntate ¿Qué capacidades dormidas en mi tienen que salir a flote con este desafío?
El dolor y las derrotas son una gran oportunidad para replantearnos como estamos viviendo la vida. Te confieso que acostumbro caminar cerca de los bosques, lejos de la gente, cuando las tormentas de la vida hacen que se me pongan las cosas difíciles.
Anclarme dentro del ruido cotidiano cerca de la naturaleza, dándome un breve espacio para reflexionar acerca de mis desafíos actuales y replantearme nuevas metas, ha sido invaluable para mí.
Si no, ya me habría vuelto loco.
Te recomiendo que hagas lo mismo. Busca un espacio diario de reflexión.
Todos somos producto de nuestras reacciones ante los retos. Somos hermosas quebradas hechas por las tormentas de la vida.
“Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a sí mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital”
Tus circunstancias aceptarlas como son, y pregúntate “¿Qué puedo hacer al respecto?” Te sorprenderá como a mí lo sencillo que es solucionar un problema, una vez que dejes de pensar en él y te enfoques en resolverlo.
Generalmente, las mejores oportunidades de nuestra vida, vienen disfrazadas de problemas.
No importa cuáles sean estos. Siempre existe una solución.
Así que ¡ha disfrutar la vida se ha dicho!
Suerte

“Si se pudiera proteger a los acantilados de las tormentas, nunca podría admirarse la belleza de sus quebradas”  Elizabeth Kubler

“En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: sigue adelante”   Robert Frost

domingo, 2 de junio de 2013

LEALTAD CANINA



"La Lealtad es cosa de la que todo el mundo habla y muy pocos la practican, por la sencilla razón de que no es una posición espiritual al alcance de todo el mundo, ni todo el mundo está preparado para ser leal"

Ramón Carrillo

Reflexión para llorar